TRES
Muestra colectiva entre Julio Alan Lepez, Paz Bardi y Santiago Erausquin.
Uno de los principales deleites que brinda la llamada pintura figurativa es sin duda el de capturar y moldear a su antojo el mundo que le rodea. Las posibilidades de tal manipulación son virtualmente infinitas y se establece así un juego entre el espectador y el artista, el artista y sus modelos.
Aquí podemos verlo.
Santiago Erausquin presenta a los suyos bajo un abundante y camaleónico despliegue de superficies, como una piel sugerente y tornasolada en la que se pavonean, seducen e incitan.
Paz Bardi en cambio involucra a los suyos en misteriosos encuentros, mezcla de llave y abrazo, donde la paradoja de una danza estática funciona como espejo del propio hacer, deleite de pinceladas que bailan y se detienen.
Julio Alan Lepez, por su parte, inventa cortes reales o fingidos sobre sus figuras, las borra, las escribe, y violenta así el relato hacia un universo de leyes propias.
A partir de allí el juego se complica. Y aunque la interpretacion es quehacer privativo del espectador, diremos simplemente que en algunos casos lo que prima es la ironía, en otros la contundencia arcaica y totémica de los cuerpos, y en un tercero la contención de lo inminente, la corriente que subyace en todo hacer y sus absurdos.
Tres son las miradas, tres las historias. Y múltiples las lecturas, porque ya se sabe: tres son multitud.
Julio Alan Lepez, 2019